jueves, 28 de octubre de 2010

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El embarazo es una etapa delicada desde el punto de vista nutricional, con unas necesidades de nutrientes elevadas y difíciles de cubrir. Por eso, cuida tu alimentación: favorecerás el correcto crecimiento y desarrollo del bebé además de ayudarte a mantener tu nivel de energía a lo largo del embarazo, el parto y el post parto.
El primer paso para una correcta alimentación durante el embarazo consiste en prestar atención a los alimentos de la dieta diaria. En este periodo no conviene hacer dietas extremas y hay que evitar las situaciones de ayuno, ya que pueden ser perjudiciales para el bebé.
También debes saber que comer bien no significa comer mucho. Intenta variar al máximo la alimentación, incluyendo los grupos básicos de alimentos:

Estar bien informados sobre las distintas Etapas del Embarazo es indispensable para los padres.

Se trata de un proceso normal en la mujer que exige la elección de un especialista obstétrico, puesto que es una persona que llevará a cabo el control del embarazo y estará presente en el momento del parto, definiendo, de acuerdo a su experiencia, la mejor vía de atención.

La relación entre el médico y al madre se deben basar en la mutua confianza, lográndose una intimidad enriquecedora y necesaria que en pocas especialidades se consigue.
Ser mamá cuesta dinero: la ropa, los pañales, muebles nuevos para recibir al bebé… son unos gastos que no todas las familias se pueden permitir, más aún en tiempos de crisis. Pero no te preocupes, hay algunas ayudas a las que puedes acudir y que pueden  ayudarte a sobrellevar la parte económica de la maternidad.

Cambios en el cuerpo de la mujer durante el embarazo

A medida que transcurre el embarazo se van produciendo cambios importantes en el cuerpo de la madre, algunos muy visibles, otros menos. Estas transformaciones anatómicas, químicas y fisiológicas sirven para proporcionar al futuro hijo los elementos indispensables para su desarrollo.

Cambios en el cuerpo de la mujer durante el embarazo

Además de aumentar de peso, las modificaciones más espectaculares que experimenta el cuerpo de la futura madre son el cambio del tamaño del útero y de los senos. Sin embargo, también se registran algunos cambios más discretos en el sistema circulatorio, respiratorio, urinario y digestivo.
Clases preparto, ¡aprende a ser mamá!
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Si vas a ser mamá, ya te habrás dado cuenta de que todos los cuidados para tu bebé te van a parecer pocos. A medida que se aproxima el momento del parto, es conveniente que asistas a cursos de preparación para la maternidad o clases preparto, que te ayudarán a estar completamente dispuesta cuando llegue tu bebé.


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 Consulta a tu médico para que te indique cuándo debes empezar con las clases. En algunos centros, las futuras mamás comienzan a asistir a los cursos de preparación al parto a partir del tercer mes de embarazo, pero generalmente, se suele empezar a a partir del sexto mes de gestación, cuando el embarazo está ya más avanzado. Las clases se dividen en sesiones teóricas y sesiones prácticas.

A pesar de que estos cursos no dan una solución a todas las situaciones a las que tendrás que enfrentarte cuando vayas a ser mamá, en las clases preparto te enseñarán lo básico y te darán consejos muy útiles y las pautas necesarias para comenzar tu nueva vida con predisposición y una mayor facilidad.

Puesto que cada mujer y su embarazado son únicos, tienes que tener en cuenta que el asesoramiento será diferente dependiendo del centro y los profesionales a los que acudas, y que además nadie conoce tu cuerpo como tú misma. En muchas situaciones, tendrás que guiarte por tu propio instinto maternal para responder de la mejor forma posible a las necesidades del bebé y de tu propio cuerpo. Sin embargo, una de las mayores ventajas que también encontrarás al asistir a estos cursos es encontrar y relacionarte con otros padres y madres que están en la misma situación que tú, de modo que podrás comentar tu experiencia e intercambiar impresiones e inquietudes.

Existen dos grandes categorías en las que podemos agrupar el tipo de clases: por un lado, clases de preparación al momento del parto; por otro, sesiones acerca del cuidado del bebé.
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    * Cambios en el útero
    * Cambios en los pechos
    * Cambios en la circulación de la sangre
    * Cambios en la respiración
    * Cambios en la digestión
    * Cambios hormonales

Complicaciones frecuentes durante el embarazo

Desprendimiento de la placenta

Antes de que el bebé nazca, la placenta se puede despegar de la pared del útero como consecuencia de una hemorragia en la zona. Los síntomas son un fuerte dolor en el abdomen acompañado, a veces, por una hemorragia oscura a través de la vagina.

Se asocia a pre eclampsia (hipertensión arterial en algunas embarazadas) y suele ocurrir en el tercer trimestre. Puede llegar a ser grave, ya que la parte de placenta desprendida deja de aportar oxígeno al bebé, así que, una vez diagnosticado el problema, debería hacerse una cesárea urgentemente.


La Pre eclampsia es la hipertensión arterial provocada por el embarazo. Se da porque la placenta crea sustancias que contribuyen a obstruir las arterias. Algunas señales de pre eclampsia son: presión sanguínea elevada, hinchazón que no desaparece y una cantidad excesiva de proteínas en la orina.

Tener la tensión alta no significa necesariamente sufrir pre eclampsia. Tu médico la controlará en cada consulta y sólo cuando haya una descompensación preocupante podríamos hablar de esta enfermedad.

En la mamá puede provocar crisis hipertensivas, insuficiencia hepática o renal, alteraciones de la coagulación y hasta cuadros convulsivos o comatosos llamados eclampsia. En el bebé puede producir una disminución de su crecimiento u otras complicaciones como el desprendimiento placentario.

Placenta previa

Ocurre cuando la placenta se sitúa por sí sola delante de la cabeza del bebé y tapa el orificio del cuello del útero. Esta situación es frecuente hasta las 20 semanas de embarazo. Sin embargo, si hacia la fecha del parto, la placenta continúa ubicada en este lugar, el parto vaginal se hace imposible y hay que recurrir a la cesárea. Puede aparecer sangrado, que a veces es normal. Pero si la hemorragia es abundante, debe tratarse de forma inmediata.

Rotura prematura de bolsa

La ‘rotura de la bolsa’ consiste en la pérdida de líquido amniótico por los genitales sin estar de parto. Cuando la bolsa se rompe, los gérmenes que están en el cuello del útero y la vagina pueden invadir el líquido amniótico y pueden provocar una infección en el bebé. Si crees que la bolsa se ha roto debes acudir inmediatamente a un especialista. Un examen vaginal te lo confirmará o te lo desmentirá. Muchas veces, la salida de líquido a través de la vagina es simplemente incontinencia o abundante flujo vaginal.

Si la rotura se produce antes de la semana 32, tu médico intentará prolongar unas semanas el embarazo porque el riesgo de prematuros es mayor que el de infección fetal. Te recomendará reposo, y probablemente te recete una medicación para acelerar la maduración de los pulmones del bebé y antibióticos. Además, te hará una serie de pruebas para diagnosticar signos de infección. Si se confirma la presencia de alguna infección, te provocarán el parto con el fin de evitar mayores riesgos para el bebé. Sólo ocurre en un 2% de embarazos.

Erupciones cutáneas

Las más comunes son el herpes gestacional y la urticaria.

El término herpes es confuso, porque el problema no está causado por un herpes virus ni por ningún otro virus. Se cree que la causa del herpes gestacional son ciertos anticuerpos anormales que reaccionan contra los tejidos del propio cuerpo. Este herpes está formado por ampollas llenas de líquido y provoca un intenso picor.

Con la urticaria, aparecen manchas, casi siempre en el abdomen, rojas, irregulares, planas o ligeramente abultadas que producen un intenso picor en el abdomen. A veces tienen diminutas ampollas también.

Para tratar los dos tipos de erupción están los corticoides, que se aplican con una crema o se administran por vía oral en los casos más graves.

Vómitos excesivos (hiperémesis gravídica)

El exceso de vómitos durante el embarazo, a diferencia de las habituales náuseas matutinas, es la presencia de vómitos extremadamente graves que causan deshidratación e inanición.

Se desconoce la causa de los vómitos, pero los factores psicológicos pueden influir mucho. Cuidado porque la deshidratación puede provocar una hemorragia en la retina de los ojos, peligrosas alteraciones en la sangre o lesiones en el hígado.

Si tus vómitos son exagerados, debes ser hospitalizada. Te subministrarán líquidos de glucosa o vitaminas por vía intravenosa. Y te impedirán comer y beber al menos en 24 horas. Si los necesitas, te proporcionarán fármacos contra las náuseas y sedantes. Cuando se supera la deshidratación, se puede empezar a comer poco a poco.

Infecciones respiratorias virales (contagiosas)

Son enfermedades contagiosas que pueden afectar a la respiración y causar otros síntomas. Las más comunes en el embarazo son gripe, resfriado, varicela, eritema infeccioso, citomegalovirus (CMV) y la rubéola (también llamada sarampión alemán).

Anemia

La anemia es una disminución de la concentración de hemoglobina en la sangre. Los síntomas en la mamá pueden ser cansancio, falta de aire y falta de energía. El bebé no se verá afectado por esto. La causa más común es el déficit alimentario. Hay que comer más. Te recomendarán comidas ricas en hierro, zumos de cítricos y a veces comprimidos con hierro y ácido fólico. Si el nivel de hemoglobina desciende de forma alarmante, será necesaria una transfusión de sangre.

Embarazo ectópico

Ocurre cuando el feto se desarrolla fuera del útero, ya sea en la trompa de Falopio, en el canal cervical o en la cavidad pélvica o abdominal. Un embarazo ectópico constituye un riesgo para la vida y debe ser extirpado lo antes posible.

Los síntomas de un embarazo ectópico son pequeñas pérdidas de sangre por la vagina y dolores abdominales como los calambres.

Diabetes gestacional

Las hormonas de la placenta pueden desarrollar una diabetes en la época del embarazo. El tratamiento de la diabetes gestacional es una dieta muy estricta en lo que a hidratos de carbono se refiere. Pocas veces son necesarias las inyecciones de insulina. La mujer que haya pasado por una diabetes en el período de la gestación debe someterse a un control riguroso. Tiene riesgos de padecer diabetes en años posteriores al parto o volver a tenerla en siguientes embarazos.